Texto y Fotos: Susanna Salazar y Jordi Cami
Muchas son las historias que cualquier espeleólogo ha oído de una de las cavidades míticas del Pirineo, por su historia, por su desnivel, por sus épicas exploraciones, convierten a la Piedra de San Martín en una cavidad de leyenda. ¿Quién no ha soñado visitarla?, sus enormes sala, el Gran Cañón y el Túnel del Viento, lugares que se graban en la retina, pero hay un lugar en la cavidad muy especial, que cuando nos encontramos en el, levantamos la mirada, esperando quizás, ver la luz del sol, este lugar mágico es la sala Lepineux, centrando la atención en el punto donde desemboca el gran pozo del sistema, la sima de la Piedra de San Martín o Pozo Lepineux, la única entrada al sistema situada en Navarra.
Hace no muchos días, navegando por la red en busca de curiosidades espeleológicas, encuentro una nota de la Federación Navarra de Espeleología en la que informan que realizarán unos trabajos de acondicionamiento en la sima y posteriormente un grupo realizará la travesía hasta la sala Verna, sin dudar llamo a Susana y le comento la noticia, desempolvamos la agenda, una llamada telefónica y la respuesta es “ Jordi, no hay ningún inconveniente en que vengais Susana y tu”, ahora tenemos la oportunidad de descender ese pozo que tantas veces hemos mirado a través de la reja que impide su entrada, nos sentimos muy afortunados.
Hace no muchos días, navegando por la red en busca de curiosidades espeleológicas, encuentro una nota de la Federación Navarra de Espeleología en la que informan que realizarán unos trabajos de acondicionamiento en la sima y posteriormente un grupo realizará la travesía hasta la sala Verna, sin dudar llamo a Susana y le comento la noticia, desempolvamos la agenda, una llamada telefónica y la respuesta es “ Jordi, no hay ningún inconveniente en que vengais Susana y tu”, ahora tenemos la oportunidad de descender ese pozo que tantas veces hemos mirado a través de la reja que impide su entrada, nos sentimos muy afortunados.
El viernes 23 partimos hacia Isaba, llegamos a última hora de la tarde, tomamos una cerveza y nos desplazamos para cenar y dormir un poco. El sábado acudimos con tiempo al punto de encuentro de manera que podemos tomar tranquilamente el café de la mañana y desayunar, al entrar por la puerta del establecimiento, sorpresa, nos encontramos con unos compañeros andaluces y claro la pregunta no es ¿qué hacéis aquí?, es evidente que todos venimos a lo mismo, el establecimiento se va llenando y cada vez se habla más de espeleología cuando es la hora nos desplazamos al punto de encuentro que ya parecía el campamento de cualquier campaña de verano, en llegar el coordinador nos da las instrucciones y nos desplazamos hasta el puerto de La Piedra de San Martín y coordinamos los coches que deben bajar a la salida por la Sala Verna.
Nuestro grupo será el tercero en entrar, en esta ocasión Susanna y yo iremos acompañados de andaluces y vascos, de los cuales ya conocíamos a la mayoría, la espera es larga y fría, pero una vez entramos, se acaba el frío y solo una palabra rompe el silencio del pozo “libreee”, fraccionamiento tras fraccionamiento vamos experimentando sensaciones, la carga emotiva nos invade a todos, 1 hora y 28 fraccionamientos después tocamos suelo en la Sala Lepineux.
Una vez en el fondo solo nos queda disfrutar de la inmensidad de estos parajes, avanzamos sin problemas, somos varios los que nos conocemos la cavidad de forma que no tenemos dudas en los pasajes conflictivos. Las dimensiones de las salas no nos dejan indiferentes y llegando a la Verna nos espera otra sorpresa, coincidimos con una visita guiada de modo que tenemos el privilegio de poder observar esta enorme sala iluminada, todo nos quedamos un buen rato observándola, no hablamos solo observamos, se apagan las luces y seguimos allí, observando no se sabe que, nos hacemos la foto de grupo, no podía faltar y salimos por el túnel EDF. Una vez en el exterior miramos el reloj, han pasado 4 horas desde que hemos entrado a la cavidad, nos quedamos un rato hablando con los turistas que visitaban la Verna y descendemos hacia los coches, una vez allí nos cambiamos y esperamos a que el cuarto grupo salga de la cavidad.
Nos reunimos todos, vamos en busca de los coches que tenemos en el puerto y quedamos para tomar unas cervezas, comer alguna pizza y seguir tomando cervezas.
Sin duda hacer una visita de este tipo, no te deja indiferente, la Sima de la Piedra de San Martín se cerrará de nuevo y quien sabe cuando se volverá a entrar, pero lo que está claro es que los tuvimos la oportunidad de visitarla, no será una visita más, sino que hemos transitado espacios cargados de historia, imaginándonos aquellos pioneros y sus equipos, la durezas de sus exploraciones y todos llegamos a la misma conclusión, “eran de otra pasta”.
Agradecer a la Federación Navarra de Espeleología y a sus miembros la experiencia vivida, y a los compañeros de visita por los tan buenos momentos que hemos compartido.
Sin duda hacer una visita de este tipo, no te deja indiferente, la Sima de la Piedra de San Martín se cerrará de nuevo y quien sabe cuando se volverá a entrar, pero lo que está claro es que los tuvimos la oportunidad de visitarla, no será una visita más, sino que hemos transitado espacios cargados de historia, imaginándonos aquellos pioneros y sus equipos, la durezas de sus exploraciones y todos llegamos a la misma conclusión, “eran de otra pasta”.
Agradecer a la Federación Navarra de Espeleología y a sus miembros la experiencia vivida, y a los compañeros de visita por los tan buenos momentos que hemos compartido.
3 comentarios:
No hay nada como tener buenos contactos eh!!! cabrones!!! bueno por eso sois del SIES JEJEJEJE
Pere
aaaaahhh, qué envidiaaaaaa. estoy jjjjarta del Garraf!!llevadme con vosotros :P
¡que chulo! ¡y ademas con la Verna iluminada como una postal de Navidá!
Ole!!!
Rafa
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